martes, 29 de julio de 2014

El poder de la mente



“A ver si nos centramos, ¿estamos en un blog sobre running o no?” Seguro que más de un@ puede estar haciéndose esta pregunta, ya que en estas últimas semanas los artículos han tratado sobre temas tan dispares como el tiempo, los pies y la natación, aunque con una pequeña conexión con mi experiencia en el mundo del running. Pues esta semana continúa la misma dinámica, así que siento decepcionar a quienes esperaban que hablase sobre entrenamientos, carreras, etc.

Bueno, ¿El poder de la mente? ¿A qué se debe ese título? “Poder” y “mente” juntas en la misma oración. Seguro que a más de un@ le sonarán frases tales como: “Un poder conlleva una gran responsabilidad” y “La mente nos juega malas pasadas”. No las he elegido al azar, ya que si no controlamos nuestra mente, si no le damos buen uso, si no sabemos cómo manejar este poder que tod@s tenemos y que nos convierte en héroes o villanos según lo usemos, si no hacemos lo correcto con él, nuestra mente nos puede jugarnos malas pasadas y precipitarnos hacia abismos insospechables.

La manera en que enfoquemos nuestras vidas depende y mucho (más de lo que creemos) de nuestra forma de pensar. Hay quien cree que la mente no se puede controlar, que nosotr@s no controlamos lo que hacemos y que las cosas pasan porque tienen que pasar y ya está, pues no, quien piensa así está equivocado. Si entrenamos nuestro cuerpo, también podemos entrenar nuestra mente, todo es cuestión de crear hábitos, ser constantes y hablar con nuestro yo interior, igual que hacemos cuando entrenamos nuestro cuerpo y si estamos pasando por un mal momento, estar dispuest@s a cambiar y eso se consigue mentalizándonos que si algo no funciona, hay que hacer algo distinto hasta que logres tus objetivos y no quedarte con los brazos cruzados, bloquearte por completo y esperar a que la solución llegue por sí sola.

Os preguntaréis por qué escribo sobre esto, se debe a algo que me ha pasado no hace mucho y que relaciona el poder de la mente con el running. Algun@s os acordaréis que hace poco en en el artículo “Pies para que os quiero” os comentaba que mis molestias en la rodilla se debían a un problema en los pies. El tiempo que pasó entre que comenzaron las molestias hasta que supe lo que ocurría fue un periodo algo raro para mí, me encontraba distinta, cuando salía a correr lo hacía con miedo por si me podía hacer daño y los dolores ir a más, no daba todo de mí, estaba como bloqueada, tampoco mejoraba mis tiempos y parecía que iba para atrás como los cangrejos pero de repente de la noche a la mañana todo cambió, ¿a qué se debió este cambio repentino? ¡Milagro! No. Ahí es donde reside el poder de la mente,  ya al saber lo que me ocurría, me quedé más tranquila y eso hizo que mi mente se despejase y se liberase por completo y al mismo tiempo lo hizo mi cuerpo, volvía a ser la de antes, más animada y con más fuerzas a la hora de salir a correr, mejor que nunca, incluso mejorando marcas a pesar de ser verano y hacer bastante calor. Nuestros pensamientos influyen en nuestro estado de ánimo y éste, en lo que hacemos día a día ya sea en casa, en el trabajo, etc.

Además de lo que ya he contado, decir que mi recorrido en el mundo de running está muy relacionado y va de la mano con mi entrenamiento mental, ya que al mismo tiempo que iba mejorando, cumpliendo objetivos que me ponía, haciendo cosas que veía muy lejanas y que creía que no iba a conseguir como: mejorar y mucho mis tiempos iniciales, participar y terminar carreras, llegar a correr 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 y hasta 13 km (que hasta ahora es mi tope), quien me lo iba a decir a mí que haría esas distancias corriendo y con la dichosa alergia y el asma; al mismo tiempo que esto ocurría me iba diciendo a mi misma y ya de paso a mi mente que si estaba logrando cosas de las que no veía capaz, a través del esfuerzo, la constancia y el trabajo diario, esos mismos pensamientos que estaba aplicando en el running los podía desarrollar perfectamente en mi día a día, en mi vida (que en ese momento era un poco caótica y sin rumbo) y eso fue lo que lo hice, entrené mi mente al mismo tiempo que entrenaba mi cuerpo y a día de hoy puedo decir que estoy muy contenta y me siento estupendamente, que a pesar de la situación actual, no me desanimo y me he mentalizado que tarde o temprano todo lo bueno llega.

Así que entrenar vuestra mente, a despejarla de malos pensamientos y si os animáis, ya de paso (y si queréis) a entrenar vuestro cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario